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Jueves, noviembre 5th, 2020

Ramon Casas en Estados Unidos (octubre de 1908 a abril de 1909)

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Más allá de cuestiones artísticas y económicas, este giro de los acontecimientos vino motivado por la muerte de Emília Huet i Bas (1873-1909), vecina suya en la casa familiar de la calle Nou de Sant Francesc, con quien mantuvo un largo noviazgo que, sin embargo, nunca se concretó en una fecha de boda. De esta desgracia y de la decisión de viajar a Estados Unidos para olvidarse de lo sucedido, daba noticia Miquel Utrillo en una carta al granadino Francisco de Paula Valladar (1852-1924), en la que explicaba que:

«he acompañado a Casas, que permanecerá algunos meses en Estados Unidos, aprovechando yo asuntos de la casa. El viaje de Casas se debe a la muerte de su novia, cosa que duraba desde hacía 16 años, de modo que el disgusto ha sido mayúsculo».

Con la decisión tomada, a finales de octubre de 1908 el catalán se desplazó a Chebourg, donde se reunió con Charles Deering y juntos embarcaron hacia Nueva York en el Dampfer Kaiser Wilhelm II. Durante la travesía, el norteamericano se interesó en que su amigo tuviera gran éxito y para ello le aconsejó que inicialmente solicitase a sus clientes entre 150 y 200 dólares por retratarles; así, una vez consolidado, podría aumentar los precios. Ambos estaban convencidos del éxito de la expedición y el viaje no fue tiempo perdido, ya que aprovechó para realizar diversos retratos y contratar otros. Entre ellos se hallaba un Autorretrat (1908), en el que el pintor se presenta vestido de capitán de barco con un instrumento marítimo en las manos; el de una señora norteamericana y el de Gonzalo Quesada y Aróstegui (1868-1915), importante político cubano destinado a Estados Unidos, quién se ofreció a hacerle publicidad y facilitarle nuevos contactos. Ya en tierra firme, se desplazaron a Chicago dando inicio a un viaje que, entre octubre de 1908 y abril de 1909, permitió a Casas conocer el país de costa a costa y le sirvió para ampliar su cartera de clientes, abrir nuevos mercados para su producción artística y olvidarse del drama vivido a raíz de la muerte de Emília Huet. Pese a gozar mucho de lo que allí vivió, en ciertos momentos los continuados cambios de ciudad y la excesiva presión a la que le sometió el norteamericano, no dejándolo solo nunca, provocaron ciertas tensiones entre ellos, terminando el catalán agotado y bastante incomodado de estar allí. Es por eso que, pese a la insistencia de Deering para que se quedase más tiempo allí, Casas decidió volver a casa, poniendo así punto y final a la aventura.

El retrato fotográfico de grupo de esta página nos muestra, de izquierda a derecha, a los hermanos Deering (Charles y James), Ramon Casas y Elbert H. Gary durante la primera estancia del pintor en los Estados Unidos, entre 1908 y 1909.
El retrato fotográfico de grupo de esta página nos muestra, de izquierda a derecha, a los hermanos Deering (Charles y James), Ramon Casas y Elbert H. Gary durante la primera estancia del pintor en los Estados Unidos, entre 1908 y 1909.

El balance de la estadía lo podemos conocer a través de la correspondencia que mantuvo con Utrillo, conservada en el Archivo de la Sala Parés en el Museu Nacional d’Art de Catalunya, y se puede dividir en tres tipos de obra: los retratos al óleo, los retratos al carbón y los apuntes cotidianos. En cuanto a los óleos, sabemos que pintó once, todos ellos retratos de familiares y amigos del magnate, entre los que figuraban el Retrato de Grace Thaxter Howe, tía de Richard Flint Howe, cuñado de Charles; el Retrato de Richard Flint Howe amb el seu fill William; el Retrato de Marion Dennison Whipple, esposa de Charles Deering; el Retrato de Roger Deering, hijo de Charles; el Retrato de William Deering, padre del magnate; el Retrato de Clara Cummings Hamilton, madrastra de Deering; los retratos del Señor Kepp, la Señora Kepp y Virginia Bacon, unos buenos amigos de los americanos; el Retrato de James Deering, hermanastro de Charles y, finalmente, el Retrato de Charles Deering, vestido con un frac y sentado en una silla con la pierna cruzada, demostrando la elegancia que siempre desprendía en todas sus acciones. Entre los retratos al carbón que realizó, todos ellos siguiendo su estilo de captar los rasgos psicológicos del personaje combinando el academicismo y la libertad del trazo, sabemos que hizo cerca de una treintena. De estos tenemos constancia que pintó el Retrato de Gonzalo Quesada y Aróstegui (1908); el Retrato de Grace Thaxter Howe (1908); el Retrato de Lady Johnston (1908); el Retrato del comandant de Marina del baixell Alabama (1908); el Retrato de Charles Deering (1909, Deering Estate, Miami); el Retrato de Florencio Constantino (1909) así como tres autorretratos, uno vestido de marinero y los otros dos datados de 1909 y dedicados a Charles Deering y a Virginia Bacon respectivamente.

Retrato de William Deering. Carboncillo y pastel sobre papel, c. 1908-1909.
Retrato de William Deering. Carboncillo y pastel sobre papel, c. 1908-1909.

Por último, destacamos al centenar de reproducciones fotográficas de dibujos suyos que retocó al pastel, entre los que figuraba un Retrato de Miquel Utrillo (1909, Deering Estate, Miami), similar al conservado en el Museu Nacional d’Art de Catalunya y a los dibujos que acompañaban a las cartas que remitía desde Estados Unidos. Como era habitual en él, los apuntes y los ninots completaban con ironía el mensaje escrito y eran muestra de cómo el artista veía la realidad que le rodeaba. Algunos estaban hechos con tinta y eran un tanto esquemáticos, como el Retrato de Casas y Deering de perfil que acompañaba una carta enviada desde Colorado Springs el 11 de noviembre de 1908. Los otros, la mayoría, estaban llenos de color y desprendían gran vitalidad ya que reflejaban las vivencias que los dos amigos compartieron durante el viaje, en el cual también tuvo un papel destacado Joe Summer, el criado oriental que trabajaba para Deering.

Sebastà Sánchez Sauleda