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Martes, mayo 10th, 2016

Júlia, el deseo

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El Círculo del Liceo abre sus puertas para presentar a la musa del pintor modernista Ramon Casas, Júlia Peraire. La muestra retrata por primera vez a Júlia en todas sus facetas: como mujer fatal, flamenca y señora.

La sargantain - circulo del liceo
La sargantain, h. 1907 © Círculo del Liceo

Organizada por el Círculo del Liceo con la colaboración de la Obra Social ”la Caixa” y comisariada por Isabel Coll Mirabent, reúne un centenar de obras y objetos.

 

 

La relación de Ramon Casas con el Círculo del Liceo se materializa con obras de primer nivel dentro de la producción del pintor, que se erigen como las principales joyas de las colecciones de arte de la institución. La primera adquisición es ‘Ball de tarda’ (baile de tarde), un cuadro de 1896. Destaca porque forma parte de un momento de la trayectoria de Ramon Casas en la que el artista sentía un fuerte interés por captar la realidad inmediata y por plasmar las aglomeraciones urbanas. Por ello, esta obra está relacionada con ‘Garrote vil’ (1894, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) o ‘Embarque de tropas’ (Hacia 1896, colección particular), que se puede ver en el Museu del Modernisme. Pese a tratarse de episodios bien diferentes, en las tres telas se advierte la intención del artista de plasmar masas humanas y, a la vez, integrar al espectador en la acción representada.

La rotonda, Círculo del Liceo
La rotonda, Círculo del Liceo

La temática del baile, que tanto marcó las composiciones de los plafones que el Círculo del Liceo le encargó en 1901, ya había sido trabajada por Casas años antes. Con motivo de esta exposición monográfica, el público puede visitar de forma excepcional la sala conocida como La Rotonda, que el propio Casas decoró con madera de caoba, cristaleras emplomadas y doce cuadros de grandes dimensiones pintados por él que tienen a la mujer y a la música como protagonistas. El pintor inició los trabajos de los plafones en 1901, tras volver de su estancia en París durante la Exposición Universal de 1900. La figura de la mujer condiciona el planteamiento del pintor, que busca transmitir la idea de la elegancia, la sensualidad y la delicadeza de la feminidad. Las protagonistas son mujeres burguesas modernas, huyendo de soluciones más idealistas o tradicionales, como ninfas o diosas.

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